ANÁLISIS

La economía circular en el sector de alimentos tiene un impacto positivo al reducir el desperdicio y las emisiones de gases de efecto invernadero. Promueve un uso más eficiente de los recursos, mejora la sostenibilidad de las cadenas de suministro y crea nuevas oportunidades económicas. Además, ayuda a generar conciencia sobre el consumo responsable y apoya prácticas agrícolas más sostenibles.